Hace unos años, mi mundo giraba en torno a la precisión del corte y la armonía de sabores como chef sushero. Dominaba el arte de transformar ingredientes en experiencias memorables, pero una experiencia laboral desafortunada me hizo buscar un nuevo espacio donde mi obsesión por los detalles y mi capacidad para crear impacto pudieran florecer de otra manera.

El punto de inflexión llegó de la forma más inesperada: un simple reel de Instagram para mi proyecto personal de sushi casero superó las 20,000 visualizaciones. Esa chispa de “¿Cómo demonios pasó esto?” encendió mi curiosidad y me llevó a sumergirme en el marketing digital con la misma dedicación y disciplina que aplicaba al perfeccionar cada pieza de sushi.

Hoy, he cambiado los cuchillos por las estrategias digitales, pero mi pasión por crear experiencias impactantes y mi atención meticulosa al detalle siguen siendo el motor de todo lo que hago. Ahora, mi objetivo es ayudar a otros negocios a construir una presencia online sólida y a conectar de manera auténtica con su audiencia.